sábado, 13 de enero de 2018

El poder de los alimentos en la prevención del cáncer

No hay fórmulas mágicas contra el cáncer ni recetas infalibles que nos eximan de llegar apadecerlo.Si la pregunta es, por tanto, si existen alimentos con el poder de librarnos de desarrolar la enfermedad, la respuesta es no. Porque en la aparición y el progreso de la enfermedad intervienen varios factores: ambientales, hormonales, metabólicos y genéticos propios de cada persona. Sin embargo, si lo que nos preguntamos es si es posible reducir el riesgo de padecerla siguiendo determinadas pautas de alimentación e incluyendo productos concretos en el conjunto de una dieta saludable, la respuesta es, sin duda, sí. Y los motivos son los mismos: si bien hay algunos factores que escapan a nuestro control, hay otros sobre los que sí podemos actuar y, haciéndolo, se lo pondremos más difícil a la aparición de tumores y su avance en el organismo.

La doctrina del determinismo genético prevaleció en la comunidad científica y se ha impregnado en la conciencia colectiva de la sociedad. Este es el motivo por el que gran parte de la población cree aún que el cáncer es una enfermedad que no se puede prevenir, y a que "todo está escrito en los genes y no se  puede cambiar". Sin embargo, esta teoría ha sucumbido a las evidencias de las investigaciones que demuestran que la información escrita en un gen puede modificarse, activarse o desactivarse en función de factores externos, entre ellos la alimentación.Cómo duermes, tus rutinas de trabajo,  y tiempo libre, si bebes, si fumas, si haces o no ejercicio....todo es que conforma lo que llamamos estilo de vida influye en el comportamiento de nuestras célulasy, por tanto, en el riesgo de padecer cáncer

viernes, 12 de enero de 2018

La granada, una "superfruta"

 La granada es una infrutescencia, fruto de un árbol llamado granado que alcanza hasta cuatro metros de altura.


 El mejor momento para consumir la granada son los meses de Septiembre, octubre y noviembre. están en su punto y hay que aprovechar las frutas de temporada.

El jugo de granada (mucho mejor si se incluye la piel muy rica en taninos hidrosolubles) puede ayudar y prevenir el cáncer de mama y de próstata. Los fitoquímicos presente en la fruta pertenecen a la familia de los polifenoles y contiene punicalagina, que es una de las moléculas con mayor capacidad antioxidante (hasta tres veces superior a la del té verde y el vino tinto
Está muy publicitada en tiempos recientes y es una de las llamadas "superfrutas" por los compuestos químicos de acción positiva que posee. Es rica en antioxidantes y potasio, calcio, magnesio y vitamina C.

Algunos trabajos de investigación recientes sugieren que el consumo de granadas podría tener efectos beneficiosos para la salud cardiovascular y la prevención de ciertos tipos de cánceres. Investigaciones recietes demuestran que los extractos de granada inhiben el desarrollo de células cancerosas en cultivos "in vitro".

Rica en polifenoles. Los últimos estudios demuestran que es el producto natural con más antioxidantes, contiene hasta tres veces más que el té verde y el vino tinto.

La granada contiene flavonoides, pigmentos responsables del color rojizo de sus granos, de acción antioxidante y antiséptica. Dichos componentes tienen la capacidad de captar radicales libres nocivos para el organismo, por lo que el consumo de granada contribuye a reducir el riesgo de enfermedades degenerativas, y de cáncer.

Se cree que el consumo de granadas en combinación con otras frutas y verduras es la clave para frenar el desarrollo de diferentes tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de pulmón, ya que esta fruta resulta eficaz a la hora de reducir el crecimiento de la células cancerosas.

miércoles, 10 de enero de 2018

Actividad física y cáncer

¿Qué es la actividad física?

La actividad física se define como cualquier movimiento que utiliza los músculos del esqueleto y requiere más energía necesaria que cuando se descansa. La actividad física puede incluir trabajo , ejercicio, realizar labores domésticas y las actividades de recreo como caminatas, tenis, ciclismo o natación.

La actividad física es esencial para que se mantenga un equilibrio entre la cantidad de calorías consumidas y el número de calorías usadas. Sin duda, cuando se gastan menos calorías de las que se consumen esto resulta en obesidad, que los científicos han relacionado de forma convincente con mayores riesgos de trece cánceres diferentes (1). Además, la evidencia indica que la actividad física puede reducir el riesgo de varios cánceres por otros mecanismos, sin considerar su efecto sobre la obesidad.

¿Qué se sabe acerca de la relación entre la actividad física y el riesgo de cáncer?

Hay pruebas sustanciales de que un grado elevado de actividad física está asociado con riesgos menores de varios cánceres (2).

lunes, 8 de enero de 2018

Obesidad y cáncer

¿Qué es la obesidad?
La obesidad es un estado en el que la persona tiene una cantidad o distribución malsana de grasa en el cuerpo.

Para medir la obesidad, los investigadores usan ordinariamente una escala conocida como índice de masa corporal, (IMC). El IMC se calcula dividiendo el peso de una persona (en kilogramos) por el cuadrado de la estatura (en metros). El IMC proporciona una medida más exacta de la obesidad que el peso solo, y para la mayoría de la gente es un indicador muy bueno (aunque indirecto) de la grasa corporal.

Otras mediciones que reflejan la distribución de la grasa corporal-es decir, si más grasa se acumula alrededor de las caderas o del abdomen- se usan cada vez más junto con el IMC como indicadores de obesidad y riesgos de enfermedad. Estas mediciones incluyen la circunferencia de la cintura y la proporción de cintura a cadera (la circunferencia de la cintura dividida por la circunferencia de la cadera) 

Comparados con la gente de peso normal, quienes tienen exceso de peso o son obesos tienen un riesgo mayor de muchas enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, apoplejía y muchos tipos de cáncer. La obesidad extrema o grave está asociada con un índice mayor de mortalidad. Las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes son responsables de la mayoría de las muertes en exceso (1,2).

Té verde

Qué es el té?
El té se produce a partir de las hojas de la planta camellia sinensis. Poco después de su cosecha, las hojas de té comienzan a marchitarse y se inicia el proceso de oxidación. Durante la oxidación, las sustancias químicas en las hojas se descomponen por medio de enzimas, lo que les da a las hojas su color oscuro y el inconfundible aroma del té. Este proceso de oxidación se puede detener con calor, el cual inactiva a las enzimas. La cantidad de oxidación y otros aspectos del proceso determinan el tipo de té que se va a producir.
El té negro se produce cuando las hojas se marchitan, se machacan, se enrollan y terminan de oxidar por completo. En contraste, el té verde se hace de hojas que no se han marchitado ni han pasado por el proceso de oxidación. 

¿Cuáles son los ingredientes del té? 
 El té está compuesto por polifenoles, alcaloides (cafeína, teofilina y teobromina), aminoácidos, carbohidratos, proteínas, clorofila, compuestos orgánicos volátiles (sustancias químicas que producen vapores en forma rápida y son responsables del olor que tiene el té), fluoruro,aluminio, minerales y oligoelementos. Se piensa que los polifenoles, un grupo grande de sustancias químicas de las plantas en las que se incluyen las catequinas (4), son responsables de los beneficios para la salud que tradicionalmente se le han atribuído al té, en especial al té verde. La catequina más activa y abundante en el té verde es el galato de epigalocatequina-3(EGCG). Otras catequinas activas en las infusiones de té verde son, epigalocatenina (EGC), galato de epicatenina-3(ECG) y epicatenina (EC).
El té negro contiene una concentración mucho menor de estas cateninas que el té verde(6). La oxidación prolongada del té negro aumenta las concentraciones de tearubiginas y teaflavinas, dos tipos de polifenoles complejos (2).

Si bien el té helado y las versiones de té listo para beber están ganando popularidad a nivel mundial, puede que no tengan el mismo contenido de polifenol que cantidades similares de té preparado (8). La concentración de polifenol en cualquier bebida a base de té depende del tipo de té, la cantidad usada, el tiempo de preparación y la temperatura (3). La concentración de polifenol más alta se encuentra en el té caliente preparado, es menor en las preparaciones instantáneas y menor aún en los tés helados y listos para beber. En la medida en que el porcentaje de componentes sólidos en el té sea menor (es decir, hojas de té secas y brotes), también lo será el contenido de polifenol (9)


¿Cómo podría ayudar el té a prevenir el cáncer?
 Entre sus muchas actividades biológicas, los polifenoles predominantes en el té verde (EGCG, EGC, ECG y EC), y las teaflavinas y tearubiginas presentes en el té negro tienen:
  • Propiedades antioxidantes. Estas sustancias químicas, en especial la EGCG y la ECG, tienen una considerable actividad captadora de radicales libres, y pueden proteger a las células de sufrir daños en el DNA causados por las especies reactivas de oxígeno (12)
  • Inhibición de la proliferación celular. Se ha demostrado en estudios en laboratorio y en estudios con animales que los polifenoles del té también inhiben la proliferación celular en los tumores y causan apoptosis (1,13)
  • Inhibición de la angiogénesis. En otro estudios de laboratorio y con animales, se ha observado que las catequinas del té inhiben la angiogénesis y el grado de invasión de las células del tumor (14).
Además, los polifenoles del té pueden proteger contra el daño causado por la radiación ultravioleta B (13,15), y es posible que puedan modular el funcionamiento del sistema inmunitario (16).Es más, se ha demostrado que el té verde activa enzimas encargados de procesos de desintoxicación, como la glutation S-transferasa y la quinona reductasa, que pueden ayudar a proteger contra la formación de tumores (16).

"Si bien muchos de los efectos beneficiosos del té se han atribuído a la poderosa capacidad antioxidante de los polifenoles , aún no se ha determinado cuál es el mecanismo preciso por el cual el té podría ayudar a prevenir el cáncer"

domingo, 7 de enero de 2018

Estrés oxidativo

Nuestras células generan energía reduciendo el oxígeno molecular a agua. Durante este proceso se producen pequeñas cantidades de formas reactivas de oxígeno parcialmente reducidas como un subproducto inevitable de la respiración mitocondrial. Algunas de estas formas son radicales libres que pueden dañar lípidos, proteínas y ácidos nucleicos. Son referidos como especies de oxígeno reactivo. 
Las células tienen sistemas de defensa para prevenir la lesión causada por estos productos.Un desequilibrio entre los sistemas generadores y limpiadores de radicales libres da lugar a un estrés oxidativo, una situación que se ha asociado con la lesión celular observada en muchas afecciones patológicas.
Los radicales libres son especies químicas que tienen un único electrón sin su par en una órbita externa. La energía creada por esta configuración inestable se libera a través de reacciones con molélucas adyacentes, tales como productos químicos inorgánicos u orgánicos -proteínas, lípidos, hidratos- particularmente con moléculas clave en las membranas celulares y ácidos nucleicos (DNA). Además, los radicales libres inician reacciones autocatalíticas en las cuales las moléculas con las que reaccionan se convierten a su vez en radicales libres, propagando el daño en cadena. 
Los radicales libres pueden generarse dentro de las células de diversa maneras:
  • Absorción de la energía radiante (p.ej.luz ultravioleta, rayos X). La radiación ionizante puede hidrolizar el agua en radicales libres hidroxilo (OH) e hidrógeno.
  • Metabolismo enzimático de agentes químicos o fármacos exógenos.
  • Las reacciones de reducción-oxidación que ocurren durante los procesos metabólicos normales. Durante la respiración normal, el oxígeno molecular se reduce secuencialmente mediante la adición de cuatro electrones para generar agua. Tal conversión tiene lugar mediante enzimas oxidativas en el retículo endoplásmico, citosol, mitocondrias, peroxisomas y lisosomas. En este proceso se producen pequeñas cantidades de intermediarios tóxicos; estos incluyen el radical anión superóxido, peróxido de hidrógeno e iones hidroxilo.
  • Metales de transición tales como hierro y cobre donan o aceptan electrones libres durante las reacciones intracelulares y catalizan la formación de radicales libres.
  • El óxido nítrico (ON), un mediador químico importante, puede actuar como radical libre.
Los efectos de estas especies reactivas son de un rango amplio, pero tres reacciones son particularmente relevantes en la lesión celular;
  • Peroxidación lipídica de membranas. Los radicales libres en presencia de oxígeno pueden producir peroxidación de lípidos dentro del plasma y de las membranas de la organelas. Las interacciones lípido-radical libre dan lugar a peróxidos, que a su vez son inestables y reactivos, y se siguen de una reacción en cadena autocatalítica (denominada propagación), que puede dar lugar a un daño extenso en la membrana, organelas y en la célula.
  • Modificación oxidativa de proteínas. Los radicales libres favorecen la oxidación de las cadenas laterales de los residuos de aminoácido, formación de enlaces cruzados proteína-proteína, y oxidación del esqueleto proteico, dando lugar a la fragmentación proteica. La modificación oxidativa potencia la degradación de proteínas críticas mediante el complejo multicatalítico proteosoma, causando estragos en la célula.
  • Lesiones en el DNA. Las reacciones con la timina en el DNA nuclear y mitocondrial producen roturas de una cadena del DNA. Este daño en el DNA se ha implicado en el envejecimiento celular y en la transformación neoplásica de las células.
"Las células han desarrollado múltiples mecanismos para eliminar los radicales libres y, por lo tanto, para minimizar la lesión".

Los radicales libres son inherentemente inestables y , en general, se degradan espontáneamente. Sin embargo. existen varios sistemas no enzimáticos y enzimáticos que contribuyen a la inactivación de las reacciones de radicales libres 


sábado, 6 de enero de 2018

Epigenética

La epigenética (del griego epi, en o sobre, y-genética) hace referencia al estudio de los factores que, sin corresponderse a elementos de la genética clásica, básicamente los genes, juegan un papel muy importante en la genética moderna interaccionando con estos primeros. Estos factores genéticos son determinados por el ambiente celular en lugar de por la herencia.

Se puede decir que la epigenética es el conjunto de reacciones químicas y demás procesos que modifican la actividad del ADN pero sin alterar su secuencia (marcas epigenéticas).Las marcas epigenéticas no son genes, pero la genética moderna nos enseña que no sólo los genes influyen en la genética de los organismos.

El término fue acuñado por Conrad Hal Waddington en 1942 para referirse al estudio de las interacciones entre genes y ambiente que se produce en los organismos.(1,2) 

Tras la finalización del Proyecto Genoma Humano(3) en el 2003 los cientifíficos se han dado cuenta de que hay mucho más en las bases moleculares del funcionamiento celular, el desarrollo, el envejecimiento y muchas enfermedades.La idea que se tenía hace pocos años de que los seres humanos y los demás organismos son solo fundamentalmente lo que está escrito en nuestros genes desde su concepción está cambiando a pasos agigantados, y la ciencia avanza para lograr descifrar el lenguaje que codifica pequeñas modificaciones químicas capaces de regular la expresión de multitud de genes (4)