No hay fórmulas mágicas contra el cáncer ni recetas infalibles que nos eximan de llegar apadecerlo.Si la pregunta es, por tanto, si existen alimentos con el poder de librarnos de desarrolar la enfermedad, la respuesta es no. Porque en la aparición y el progreso de la enfermedad intervienen varios factores: ambientales, hormonales, metabólicos y genéticos propios de cada persona. Sin embargo, si lo que nos preguntamos es si es posible reducir el riesgo de padecerla siguiendo determinadas pautas de alimentación e incluyendo productos concretos en el conjunto de una dieta saludable, la respuesta es, sin duda, sí. Y los motivos son los mismos: si bien hay algunos factores que escapan a nuestro control, hay otros sobre los que sí podemos actuar y, haciéndolo, se lo pondremos más difícil a la aparición de tumores y su avance en el organismo.
La doctrina del determinismo genético prevaleció en la comunidad científica y se ha impregnado en la conciencia colectiva de la sociedad. Este es el motivo por el que gran parte de la población cree aún que el cáncer es una enfermedad que no se puede prevenir, y a que "todo está escrito en los genes y no se puede cambiar". Sin embargo, esta teoría ha sucumbido a las evidencias de las investigaciones que demuestran que la información escrita en un gen puede modificarse, activarse o desactivarse en función de factores externos, entre ellos la alimentación.Cómo duermes, tus rutinas de trabajo, y tiempo libre, si bebes, si
fumas, si haces o no ejercicio....todo es que conforma lo que llamamos
estilo de vida influye en el comportamiento de nuestras célulasy, por
tanto, en el riesgo de padecer cáncer